WASHINGTON, 22 de abril (PL).
— Siete años después de la masacre en Columbine, la sociedad
estadounidense tiene fresco en la memoria un episodio sangriento que
jamás se debería repetir bajo ninguna condición, reseñó hoy el
diario The Kansas City Star.
En un artículo de este sábado, el
periódico de la capital de Missouri comenta que la tragedia de 1999
es como una púa de acero en el recuerdo de la colectividad
nacional, que sacude hasta el propio concepto de escuela en Estados
Unidos.
Dos adolescentes abrieron fuego el 20
de abril de 1999 en la cafetería y otras áreas de la escuela
secundaria de Columbine, en la localidad de Littleton, estado de
Colorado (oeste), y después de matar a 13 personas y herir a 23, se
suicidaron.
El The Kansas City Star recuerda a
las autoridades que esta semana otro grupo de jóvenes fue detenido
por armar un alboroto en un liceo, y amenazar con conmemorar el
séptimo aniversario de la masacre con un nuevo derramamiento de
sangre.
El diario alerta a los responsables
gubernamentales que deben estar atentos a la violencia en los
colegios estadounidenses, y mantener controlados a potenciales
imitadores de los sucesos de Columbine.
Dos adolescentes de Kansas, Trevor
Fattig y Sean Amos, ambos de 17 años, enfrentan cargos de
terrorismo por haber comentado a sus compañeros que planeaban una
nueva masacre con armas y explosivos en su escuela de Platte.
También en la localidad de Riverton,
estado de Kansas, cinco jóvenes de entre 16 y 18 años fueron
apresados el pasado jueves por la policía, acusados de idear un
plan similar para recordar fatídicamente la masacre de Columbine.
El fiscal del condado Eric Zahnd
explicó a reporteros que a tenor de la actual política y leyes
norteamericanas, las autoridades "deben tomar estas amenazas
muy seriamente".
Según el magistrado, los estudiantes
se habían organizado para usar abrigos negros como los atacantes de
Columbine, estropear las cámaras de vigilancia de los planteles y
agredir a alumnos y profesores.
Autoridades hallaron armas de fuego,
municiones, cuchillos y cartas codificadas en la habitación de uno
de los sospechosos.
Zahnd apuntó que la próxima semana
jueces federales decidirán si enjuician como adultos a los
adolescentes apresados.