WASHINGTON, 22 de noviembre (PL).—
Un nuevo pasaje de conspiración enturbia hoy a Miami tras la
acusación contra Santiago Álvarez, uno de los benefactores del
terrorista Luis
Posada Carriles, a quien las autoridades estadounidenses se
niegan a extraditar a Venezuela.
Pese a las evidencias presentadas por
la fiscalía, la defensa maniobra para lograr la libertad
provisional del detenido, dueño de la motonave Santrina que trajo
ilegalmente a Posada Carriles a suelo norteamericano, en marzo de
este año.
Sin embargo, el arresto de Álvarez
junto a Osvaldo Mitat no se produjo por la vinculación de ambos a
este hecho, sino al serles ocupada una nevera en la cual
transportaban armas automáticas, granadas y un silenciador.
También fue hallada en un
apartamento de Lauderhill, utilizado por Álvarez, una caja fuerte
en la cual ocultaban más armas, máscaras de gas, miles de
municiones y materiales explosivos, así como un pasaporte
guatemalteco falso.
Durante la audiencia preliminar de
este lunes, la jueza Andrea Simonton presentó cargos federales
contra Álvarez, de 64 años de edad, y contra Mitat, de 63.
Luego de más de tres horas de
comparecencias, Simonton decidió acusarlos de posesión ilegal de
armas y documentación falsa, y rechazó la petición de fianza para
ambos detenidos.
"Este tipo de armas son
altamente peligrosas", manifestó la letrada, tras considerar
que los delitos cometidos por ambos, de origen cubano, constituyen
un peligro para la comunidad.
La vista oral del caso, que alcanza
relieve nacional debido a los vínculos de los acusados con el
terrorista Posada
Carriles, quedó fijada para el 6 de diciembre próximo.
Álvarez y Mitat estaban entre los
tripulantes de la embarcación Santrina, que en marzo último
recogió en Isla Mujeres, México, a Posada Carriles, uno de los
responsables del estallido de un avión de Cubana de Aviación en
1976, con 73 personas a bordo.
El terrorista, ex agente de la
Agencia Central de Inteligencia, fue apresado en Miami en mayo
último, luego de reiteradas denuncias de Cuba de que se encontraba
refugiado en territorio norteamericano.
Posada Carriles permanece en un
centro de detención de inmigrantes en El Paso, Texas, en espera de
una audiencia para determinar si será deportado.
Nacido en Cuba pero nacionalizado
venezolano, el criminal escapó de una cárcel en Caracas mientras
se realizaba el juicio por la voladura del avión y, por tanto, pesa
sobre él un pedido de extradición de parte de Venezuela.
El jueves último, el Presidente
cubano, Fidel Castro, insistió en que Washington no ha dicho ni una
sola palabra de la forma en que Posada Carriles entró a Estados
Unidos.
También la semana pasada el
influyente diario The New York Times divulgó en sus páginas un
aviso que exigió a las autoridades estadounidenses no conceder
albergue al terrorista.
El pedido fue realizado por un grupo
de familiares y allegados de las víctimas del atentado contra la
aeronave cubana en 1976.
¿Debería Estados Unidos dar refugio
a un terrorista internacional?, preguntó
a través de esa página el Comité de Familiares de las Víctimas.
Posada Carriles también es
considerado responsable de la serie de atentados con bombas contra
instalaciones turísticas en La Habana en 1997, en uno de los cuales
murió el joven turista italiano Fabio di Celmo.
En noviembre de 2000 fue arrestado en
Panamá junto a otros tres terroristas, por organizar un atentado
con explosivos contra el Presidente Fidel Castro, en el contexto de
una Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado o Gobierno.
Con posterioridad, pese a ser llevado
a juicio y condenado, recibió el indulto de manos de la ex
presidenta panameña Mireya Moscoso.