La nueva "arma de destruccion masiva": manipulacion del clima para fines militares (I)
MICHAEL CHOSSUDOVSKY
¿Cuáles podrán ser
las causas ocultas, subyacentes de la extrema inestabilidad del
clima mundial, que ha sido causa de devastación en todas partes en
los últimos años?
Huracanes, tsunamis y sequías de gran intensidad pudieran estar siendo inducidas con propósitos de dominación.
Huracanes y tormentas
tropicales han devastado el Caribe. Asia Central y Medio Oriente
están atormentadas por la sequía. África Occidental está frente
a la mayor invasión de langostas de la última década. Cuatro
destructivos huracanes y una tormenta tropical (Alex, Iván,
Frances, Charley y Jeanne) se sucedieron los unos a los otros.
Huracanes sin precedentes en la historia del Caribe: la isla de
Granada fue completamente devastada: 37 personas murieron y
alrededor de dos tercios de los habitantes de una población de 100
000 se quedaron sin vivienda. En Haití los muertos fueron 2 000 y
los que se quedaron sin viviendas unas 10 000 personas. República
Dominicana, Jamaica, Cuba y Florida fueron también devastadas. En
los Estados Unidos los daños en los estados sureños, que incluyen
Florida, Alabama, Georgia, Missisippi y las dos Carolinas, Norte y
Sur, fueron los más elevados de la historia.
Un estudio editado en
julio del 2003 por la Organización Meteorológica Mundial le echa
la culpa, sin mayor examen, al calentamiento global:
"Estos
eventos récords (altas temperaturas, bajas temperaturas, sequías y
tormentas tropicales) se han venido incrementando gradualmente en
los últimos 100 años conforme aumentan los promedios comprobados
de temperaturas" (CNN julio 3 de 2003).
Pero si bien el
calentamiento global es indudablemente un importante factor, no
puede, sin embargo, dar cuenta totalmente de semejante patrón
extremo e inusual de comportamiento del clima.
GUERRA CLIMÁTICA
La importante expansión
del arsenal de armas climáticas, prioridad del Departamento de
Defensa norteamericano, no es todavía tema de debate mundial. Si
bien es continuo el reclamo de los ambientalistas de que la
administración Bush firme el Protocolo de Kioto, el tema de la
guerra climática, a saber, la manipulación y modificación
deliberada del clima con fines militares, no se menciona nunca.
La Fuerza Aérea tiene
la capacidad de manipular el clima tanto para fines de pesquisa como
para fines militares. Esto incluye la capacidad de provocar
inundaciones, huracanes, sequías y terremotos. En los últimos
años enormes cantidades de dinero fueron asignadas por el
Departamento de Defensa al desarrollo y perfeccionamiento de estos
sistemas.
La modificación del
clima formará parte de la seguridad doméstica e internacional y
podría ser realizada unilateralmente.. Puede ser utilizada
ofensiva o defensivamente, o para propósitos disuasivos. La
habilidad de generar precipitaciones, nieblas, tormentas o modificar
el espacio exterior... o la producción de climas artificiales, todo
constituye parte de un conjunto de tecnologías que pueden
incrementar el conocimiento tecnológico, la riqueza y el poder de
Estados Unidos, o degradar el de sus adversarios. (US Air Force,
emphasis added. Air University of the US Air Force, AF 2025 final
report).
Si bien no hay todavía
evidencia firme de que la Fuerza Aérea haya hecho uso de estas
capacidades, uno tiene todo el derecho de pensar que sí fueron
desarrolladas para usos militares, pues sí habrán sido objeto de
ensayos, como lo fueron siempre todos los otros sistemas de armas,
las convencionales y las de destrucción masiva.
Es casi innecesario
decir que el tema es tabú. Los analistas militares están mudos.
Los meteorólogos no investigan y los defensores del medio ambiente
tienen todos la cabeza puesta en el Protocolo de Kioto.
Irónicamente, mientras
el Pentágono reconoce su habilidad para modificar el clima para
usos militares, lo que gana consenso es la hipótesis del
calentamiento global. En un estudio importante el Pentágono
describió los varios escenarios que se abren en el mundo con el
cambio climático.
Ese documento constituye
una conveniente cobertura. Ni una palabra se menciona sobre su
principal programa de guerra climática:
The High-Frequency Active Auroral Research Program (HAARP),
radicado en Gokona, Alaska, manejado conjuntamente por la Fuerza
Aérea y la Marina de Guerra.
MANIPULACIONES DEL
CLIMA POR PARTE DEL EJÉRCITO DE EE.UU.: EL PROGRAMA HAARP
Este programa existe
desde 1992. Es parte de una nueva generación de armas concebidas en
el marco de la Iniciativa de Defensa Estratégica. Lo opera la Air
Force Research Laboratory's Space Vehicles Directorate. Es un
conjunto de antenas con capacidad de crear modificaciones en la
ionosfera (el nivel superior a la atmósfera).
Nicholas Begich,
activista contra el programa HAARP lo describe así:
Una superpoderosa
tecnología de emisión de haces de ondas radiales que elevan áreas
de la ionosfera concentrando un haz que calienta esas áreas...
Ondas electromagnéticas
irrumpen en la tierra y afectan todo: vivo o muerto.
El mundialmente
renombrado científico, Dr. Rosalie Bertell, se refiere a HAARP como
"un gigantesco calentador que puede causar importantes alteraciones
en la ionosfera".
De acuerdo con Richard
Williams, físico y consultor de David Sarnoff Laboratory en
Princeton, "HAARP constituye un acto de barbarie. Los efectos de su
uso pueden durar años y años en la tierra ....".
Al público, por
supuesto, le fue presentado como un programa de investigación
científica y académica. HAARP es, desde luego, un medio para
alterar el sistema de comunicaciones y de radar del enemigo.
Asimismo, tiene la capacidad de provocar apagones interrumpiendo el
flujo de corriente eléctrica en regiones enteras.
La recopilación y
análisis de las declaraciones emanadas de la gente de la Fuerza
Aérea permite pensar lo impensable: la manipulación del clima, de
las comunicaciones, y de los sistemas eléctricos como un arma de
guerra global capacita a Estados Unidos para dominar regiones
enteras del mundo.
(Tomado de Rebelión)
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