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El esfuerzo por lograr la excelencia en nuestros servicios de salud será tenaz y profundo Dijo Fidel en el acto por el aniversario 40 de la creación del Instituto de Ciencias Básicas y Preclínicas Victoria de Girón. Le confieren el Título de Doctor Honoris Causa en Ciencias Médicas José A. de la Osa
El acto será transmitido por televisión, en forma diferida, el próximo domingo a las 6 y 15 de la tarde. Sustentando su discurso, fundamentalmente, en las palabras pronunciadas el 17 de octubre de 1962, quedó evidenciado que en ellas están ya dibujados los sueños de entonces en el campo de la formación médica y de la salud pública en general, los de una medicina solidaria e internacionalista, y los propósitos principales de convertir la medicina terapéutica en preventiva, y de llevar, en fin, a cada familia cubana, a sus hijos, la seguridad que ofrece hoy nuestro sistema de salud. De los médicos que, alentados por el gobierno estadounidense de turno, abandonaban su patria, decía: "Ese es un crimen contra el pueblo, contra el enfermo, contra los infelices, contra el sufrimiento". Y planteaba que la Revolución tenía fuerzas para la formación masiva de médicos, y no solo muchos médicos, sino, sobre todo, buenos; y no solo buenos como médicos, sino buenos como hombres y mejores como patriotas y revolucionarios. La categoría docente especial de Profesor de Mérito fue entregada por el doctor José Ramón Machado Ventura a los doctores Antonio Barber Gutiérrez, Gerabel Roca Soler, Armando Seuc Chiu, Ernesto Benito Barber Gutiérrez, Luis Vicente García Gómez, Eugenio Selman Housein Abdo y José Miguel Miyar Barrueco. Con apenas 3 000 médicos en nuestro país en 1962, Fidel dijo: Cuba tendrá muy pronto el mayor número de médicos por habitantes en América Latina. Nuestro país dispone hoy de 67 128 médicos, lo que significa uno por cada 167 habitantes, mientras que en países ricos como los Estados Unidos hay uno por cada 358; en Canadá uno por 437; y en América Latina, uno por cada 538 en México, uno por cada 909 en Chile, todos muy distantes de Cuba. Fidel pasó revista también, en un antes y después del triunfo revolucionario, al número de enfermeras, hospitales y camas por habitantes, a los índices de mortalidad infantil y la expectativa de vida de los cubanos, a los colosales desarrollos de institutos, facultades y politécnicos de la salud creados en estos años. La mortalidad infantil, que era estimada en 1959 en 60 por mil nacidos vivos, en el 2001 registró 6,2, lo que significa una reducción del 90%. De mantenerse en aquella cifra ÅdijoÅ, en los años transcurridos habrían perdido la vida casi medio millón de niños cubanos. La tasa de mortalidad infantil en América Latina y el Caribe es seis veces mayor que la de Cuba. En cuanto a la colaboración médica indicó que desde el inicio de la Revolución hasta la fecha 91 países han recibido la ayuda de Cuba, con la participación de más de 51 mil trabajadores de la salud. El Jefe de la Revolución se refirió también a la introducción de nuevas técnicas médicas y otros avances, al desarrollo del médico y enfermera de familia que dio lugar a un sistema de salud sin precedentes y único en el mundo, y cómo el país se fue convirtiendo en una potencia médica. Con el derrumbe de la Unión Soviética y los países socialistas de Europa, acotó, entramos de lleno, súbitamente, en el período especial, y subrayó que nuestro pueblo fue capaz de realizar la asombrosa proeza de sobrevivir. Apuntó que tales circunstancias causaron considerable daño en los avances de los programas de salud, aunque, dijo, en estos años de período especial se han graduado más de 30 mil médicos. Factores objetivos y subjetivos, indicó, contribuyeron a crear y agravar dificultades en los servicios de salud, frente al heroico esfuerzo de gran número de nuestros científicos, médicos, técnicos y trabajadores del sector. Decisiones erráticas, refirió, normas burocráticas y absurdos esquemas de trabajo causaron considerable daño, que aparentemente se debía solo a la grave escasez de recursos materiales y las dificultades que nos trajo la nueva situación, unido al recrudecimiento deliberado y oportunista del bloqueo y la guerra económica por parte del gobierno de los Estados Unidos. Señaló que de los programas de salud, uno de los que más soportó el peso de esos errores fue el del médico de familia, sin duda el más prometedor de todos. A renglón seguido comentó que métodos incorrectos de dirección pueden dar al traste con muchas de las mejores cosas que han llenado de gloria a la Medicina cubana. Tales realidades, apuntó, exigieron cambios en el mando del sector, y dijo que están en marcha nuevas concepciones e ideas, ajustadas a los grandes avances logrados y a la experiencia acumulada en estos años. El esfuerzo por lograr la excelencia en nuestros servicios de salud será tenaz y profundo, subrayó, y el alcance de nuevas ideas y proyectos de salud para la seguridad y bienestar de nuestro pueblo no ha sido siquiera soñado dentro o fuera de nuestro país. En ocasión de este aniversario 40, el doctor Jorge González, rector del Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana, anunció que se confería a Fidel el Título de Doctor Honoris Causa en Ciencias Médicas, por ser el artífice mayor de la salud pública en nuestro país. El doctor José Ramón Machado Ventura hizo entrega de los títulos de Profesor de Mérito a los doctores Antonio Barber Gutiérrez, Gerabel Roca Soler, Armando Seuc Chiu, Ernesto Benito Barber Gutiérrez, Luis Vicente García Gómez, Eugenio Selman Housein Abdo y José Miguel Miyar Barrueco. En el acto también hablaron la doctora Mercedes Gámez, directora general del ICBP Victoria de Girón; Alina Odriozola, presidenta de la FEU del Instituto; y el doctor Eduardo Alemañy tuvo a su cargo la lectura de las semblanzas de los Profesores de Mérito. |
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