
La personalidad obsesivo-compulsiva, también conocida como anancástica, es la que caracteriza a sujetos con una notable exigencia con ellos mismos y los demás, con patrones de comportamiento muy rígidos, entre los que sobresalen la meticulosidad, el perfeccionismo, el excesivo celo por la puntualidad, el orden y la disciplina, ahorrativos y poco dados a las diversiones.
En ellos predominan los sentimientos de inseguridad, la necesidad enfermiza de control y tienden a no delegar funciones, por lo que con frecuencia presentan dificultades adaptativas y problemas en las relaciones interpersonales.
Quien así se expresa es la profesora Ana Sarracent Sarracent, especialista de primero y segundo grados en Psiquiatría y Máster Social, quien se desempeña en el Hospital Universitario Calixto García, radicado en La Habana.
¿Es única y exclusivamente una afección de salud mental?, le preciso. No, afirma. Cuando estos rasgos aparecen con moderación, pueden facilitar el éxito en tareas de utilidad social y logran desempeñar determinadas funciones con más facilidad y mejores resultados que el resto de las personas, como, por ejemplo, bibliotecarios, secretarias, pintores, dirigentes, entre otras profesiones que requieren de un alto grado de organización y meticulosidad, por lo que consideramos que estos rasgos pueden ser aprovechados de forma positiva.
Ahora bien, cuando la intensidad de estos provoca sufrimiento al paciente y a quienes lo rodean, con dificultades en el funcionamiento social, se considera su expresión de nivel patológico.
—¿Conoce la ciencia las causas principales que originan esta personalidad? ¿Se plantea algún componente genético?
—La etiología es multifactorial, combinándose factores genéticos predisponentes, con factores medioambientales como son aprendizajes patológicos, aprobación, estimulación y reforzamiento de estas conductas referidas durante el desarrollo y conformación de la personalidad. También esta personalidad se puede asociar a lesiones del sistema nervioso central.
—¿Se reconocen factores de riesgo?
—Sí. Como ejemplo podemos mencionar la convivencia, existencia o identificación afectiva con un familiar o persona que presenta esta personalidad. También el antecedente de haber sido sometido durante su formación a una disciplina familiar donde predominen los patrones de convivencia rígidos, poco tolerantes, inflexibles, severos, impositivos, puede aumentar la probabilidad de padecer esta afección.
—¿Esta enfermedad puede aquejar tanto a hombres como a mujeres?
—Aunque hay estadísticas epidemiológicas que plantean un predominio en el sexo masculino, en nuestra experiencia se afectan por igual hombres que mujeres y es bueno señalar que aunque es muy utilizado en el lenguaje popular el término obsesivo para denominar a las personas que identificamos como “quisquillosas” y “matraquillosas”, esta afección como problema de salud mental no es de las que demandan con frecuencia atención en nuestros servicios médicos.
—¿A qué edades suele iniciar sus manifestaciones?
—Comienza generalmente durante la adolescencia o poco después de esta, a medida que se estructura la personalidad del sujeto.
—¿Los sujetos con estos trastornos de personalidad están conscientes en alguna medida de lo inapropiado de su conducta?
—Aunque en muchas ocasiones crean que sus pensamientos son los adecuados, las dificultades que se les presentan en su interrelación con el medio los hacen conscientes en cierta medida de que mantienen una conducta inapropiada y de que en algo difiere su funcionamiento del de las demás personas, pero a pesar de esto conservan sus patrones de comportamiento.
—¿Presenta signos y síntomas plenamente identificables por la clínica para establecer un diagnóstico de certeza?
—Sí, cuando los rasgos antes expuestos se intensifican y se les suma el sufrimiento del paciente y de quienes lo rodean, la inadaptación social, el impedimento de su actividad creadora, así como la pérdida del control sobre los síntomas que ya le son molestos, podemos confirmar el diagnóstico.
—¿Existen tratamientos para este trastorno?
—Para tratar a estos pacientes se utilizan modalidades psicoterapéuticas. También se pueden emplear psicofármacos como sedantes, antidepresivos, según los síntomas.
—¿Cuál considera debe ser el comportamiento de sus más allegados?
—Los familiares y amigos deben ser muy tolerantes y comprensivos con estos pacientes.
—En general, ¿cuál es el pronóstico?
—Depende en gran medida de la detección y diagnóstico precoz con una oportuna intervención especializada; de lo contrario puede tornarse tórpida la evolución y desfavorable el pronóstico.
—¿Tendría algo más que señalar?
—Exhortar a las personas que posean estos rasgos de personalidad a que acudan a un profesional especializado, que podrá ayudarlos primeramente a aliviar sus angustias y que mejoren sus relaciones interpersonales y su funcionamiento familiar, laboral y social.
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anibal garcia dijo:
1
18 de mayo de 2014
22:42:38
yk dijo:
2
19 de mayo de 2014
10:13:14
Yeini dijo:
3
19 de mayo de 2014
10:31:07
carmen dijo:
4
19 de mayo de 2014
11:04:11
Dr. José Luis Aparicio Suárez. dijo:
5
19 de mayo de 2014
15:34:40
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